Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Daniel 12, 9-14

9 Dijo: «Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas
hasta el tiempo del Fin.

10 Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos
seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos
comprenderán.


11 Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio
perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos
noventa días.

12 Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y
cinco días.

13 Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al Fin de
los días.»

Daniel 13

1 Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín.

2 Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, que
era muy bella y temerosa de Dios;

3 sus padres eran justos y habían educado a su hija según la ley de
Moisés.

4 Joaquín era muy rico, tenía un jardín contiguo a su casa, y los
judíos solían acudir donde él, porque era el más prestigioso de todos.

5 Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos, escogidos
entre el pueblo, de aquellos de quienes dijo el Señor: «La iniquidad salió en
Babilonia de los ancianos y jueces que se hacían guías del pueblo.»

6 Venían éstos a menudo a casa de Joaquín, y todos los que tenían
algún litigio se dirigían a ellos.

7 Cuando todo el mundo se había retirado ya, a mediodía, Susana
entraba a pasear por el jardín de su marido.

8 Los dos ancianos, que la veían entrar a pasear todos los días,
empezaron a desearla.

9 Perdieron la cabeza dejando de mirar hacia el cielo y olvidando sus
justos juicios.

10 Estaban, pues, los dos apasionados por ella, pero no se descubrían
mutuamente su tormento,

11 por vergüenza de confesarse el deseo que tenían de unirse a ella,
12 y trataban afanosamente de verla todos los días.

13 Un día, después de decirse el uno al otro: «Vamos a casa, que es
hora de comer», salieron y se fueron cada uno por su lado.

14 Pero ambos volvieron sobre sus pasos y se encontraron de nuevo
en el mismo sitio. Preguntándose entonces mutuamente el motivo, se
confesaron su pasión y acordaron buscar el momento en que pudieran
sorprender a Susana a solas.