Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 10, 22-33

22 Ellos respondieron: «El centurión Cornelio, hombre justo y
temeroso de Dios, reconocido como tal por el testimonio de toda la nación
judía, ha recibido de un ángel santo el aviso de hacerte venir a su casa y de
escuchar lo que tú digas.»

23 Entonces les invitó a entrar y les dio hospedaje. Al día siguiente se
levantó y se fue con ellos; le acompañaron algunos hermanos de Joppe.

24 Al siguiente día entró en Cesarea. Cornelio los estaba esperando.

Había reunido a sus parientes y a los amigos íntimos.


25 Cuando Pedro entraba salió Cornelio a su encuentro y cayó
postrado a sus pies.

26 Pedro le levantó diciéndole: «Levántate, que también yo soy un
hombre.»

27 Y conversando con él entró y encontró a muchos reunidos.

28 Y les dijo: «Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío
juntarse con un extranjero ni entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado
Dios que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre.

29 Por eso al ser llamado he venido sin dudar. Os pregunto, pues, por
qué motivo me habéis enviado a llamar.»

30 Cornelio contestó: «Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo
haciendo la oración de nona en mi casa, y de pronto se presentó delante de
mí un varón con vestidos resplandecientes,

31 y me dijo: “Cornelio, tu oración ha sido oída y se han recordado tus
limosnas ante Dios;

32 envía, pues, a Joppe y haz llamar a Simón, llamado Pedro, que se
hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar.”

33 Al instante mandé enviados donde ti, y tú has hecho bien en venir.
Ahora, pues, todos nosotros, en la presencia de Dios, estamos
dispuestos
para escuchar todo lo que te ha sido ordenado por el Señor.»