Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 17, 14-24

14 Cúrame, Yahveh, y sea yo curado; sálvame, y sea yo salvo, pues mi
prez eres tú.

15 Mira que ellos me dicen: «¿Dónde está la palabra de Yahveh?

¡vamos, que venga!»

16 Yo nunca te apremié a hacer daño; el día irremediable no he
anhelado; tú lo sabes: lo salido de mis labios enfrente de tu faz ha estado.

17 No seas para mí espanto, ¡oh tú, mi amparo en el día aciago!


18 Avergüéncense mis perseguidores, y no me avergüence yo;
espántense ellos, y no me espante yo. Trae sobre ellos el día aciago, y con
doble quebrantamiento quebrántalos.

19 Yahveh me dijo así: Ve y te paras a la puerta de los Hijos del
pueblo, por la que entran los reyes de Judá y por la que salen, y asimismo
en todas las puertas de Jerusalén,

20 y les dices: Oíd la palabra de Yahveh, reyes de Judá, y todo Judá y
los habitantes de Jerusalén que entráis por estas puertas.

21 Así dice Yahveh: «Guardaos, por vida vuestra, de llevar carga en
día de sábado y meterla por las puertas de Jerusalén.

22 No saquéis tampoco carga de vuestras casas en sábado, ni hagáis
trabajo alguno, antes bien santificad el sábado como mandé a
vuestros
padres.

23 Mas no oyeron ni aplicaron el oído, sino que atiesaron su cerviz sin
oír ni aprender.

24 Que si me hacéis caso - oráculo de Yahveh - no metiendo carga por
las puertas de esta ciudad en sábado y santificando el día de
sábado sin
realizar en él trabajo alguno,