9 tanto que por su liviandad en fornicar manchó la tierra, y fornicó con
la piedra y con el leño.
10 A pesar de todo, su hermana Judá, la pérfida, no se volvió a mí de
todo corazón, sino engañosamente - oráculo de Yahveh.
11 Y me dijo Yahveh: Más justa se ha manifestado Israel, la apóstata,
que Judá, la pérfida.
12 Anda y pregona estas palabras al Norte y di: Vuelve, Israel
apóstata, - oráculo de Yahveh -; no estará airado mi semblante contra
vosotros, porque piadoso soy - oráculo de Yahveh - no guardo rencor para
siempre.
13 Tan sólo reconoce tu culpa, pues contra Yahveh tu Dios te
rebelaste, frecuentaste a extranjeros bajo todo árbol frondoso, y mi voz no
oísteis - oráculo de Yahveh -.
14 Volved, hijos apóstatas - oráculo de Yahveh - porque yo soy
vuestro Señor. Os iré recogiendo uno a uno de cada ciudad, y por parejas de
cada familia, y os traeré a Sión.
15 Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de
conocimiento y prudencia.
16 Y luego, cuando seáis muchos y fructifiquéis en la tierra, en
aquellos días - oráculo de Yahveh - no se hablará más del arca de la alianza
de Yahveh, no vendrá en mientes, no se acordarán ni se ocuparán de ella, ni
será reconstruida jamás.
17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén «Trono de Yahveh» y se
incorporarán a ella todas las naciones en el nombre de
Yahveh, en
Jerusalén, sin seguir más la dureza de sus perversos corazones.
18 En aquellos días, andará la casa de Judá al par de Israel, y vendrán
juntos desde tierras del norte a la tierra que di en herencia a vuestros padres.
19 Yo había dicho: «Sí, te tendré como a un hijo y te daré una tierra
espléndida, flor de las heredades de las naciones.» Y añadí: «Padre
me
llamaréis y de mi seguimiento no os volveréis.»
20 Pues bien, como engaña una mujer a su compañero, así me ha
engañado la casa de Israel, oráculo de Yahveh.
21 Voces sobre los calveros se oían: rogativas llorosas de los hijos de
Israel, porque torcieron su camino, olvidaron a su Dios Yahveh.