Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Jeremías 31, 20-34

20 ¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras
haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en
efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no
ha de
faltarme - oráculo de Yahveh -.

21 Plántate hitos, ponte jalones de ruta, presta atención a la calzada al
camino que anduviste. Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas ciudades.

22 ¿Hasta cuándo darás rodeos, oh díscola muchacha? Pues ha creado
Yahveh una novedad en la tierra: la Mujer ronda al Varón.

23 Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Todavía dirán este
refrán en tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver
a sus
cautivos: «¡Bendígate Yahveh, oh estancia justa, oh monte santo!»

24 Y morarán allí Judá y todas sus ciudades juntamente, los labradores
y los que trashuman con el rebaño,

25 porque yo empaparé el alma agotada y toda alma macilenta
colmaré.


26 En esto, me desperté y vi que mi sueño era sabroso para mí.

27 He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que sembraré la
casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y ganados.

28 Entonces, del mismo modo que anduve presto contra ellos para
extirpar, destruir, arruinar, perder y dañar, así andaré respecto a ellos para
reconstruir y replantar - oráculo de Yahveh -.

29 En aquellos días no dirán más: «Los padres comieron el agraz, y
los dientes de los hijos sufren de dentera»;

30 sino que cada uno por su culpa morirá: quienquiera que coma el
agraz tendrá la dentera.

31 He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que yo pactaré
con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza;

32 no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la
mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice
estrago en ellos - oráculo de Yahveh -.

33 Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de
Israel,
después de aquellos días - oráculo de Yahveh -: pondré mi Ley en su
interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi
pueblo.

34 Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su
hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán
del más chico al más grande - - oráculo de Yahveh - cuando perdone
su
culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.