Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Marcos 8, 25-26

25 Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver
perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas
las cosas.

26 Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo.»