15 En cambio los gobernadores anteriores que me precedieron
gravaban al pueblo: cada día percibían de él, como contribución por el pan,
cuarenta siclos de plata; también sus servidores oprimían al pueblo.
Pero
yo, por temor de Dios, no hice nunca esto.
16 Además he ayudado a la obra de la reparación de esta muralla, y,
aunque no he adquirido campos, toda mi gente estaba también
allí
colaborando en la tarea.
17 A mi mesa se sentaban los jefes y los consejeros en número de 150
sin contar los que venían a nosotros de las naciones vecinas.
18 Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros
escogidos y aves; y cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a
pesar de todo, jamás reclamé el pan del gobernador, porque un duro trabajo
gravaba ya al pueblo.