6 entre los cuales os contáis también vosotros, llamados de Jesucristo,
7 a todos los amados de Dios que estáis en Roma, santos por
vocación, a vosotros gracia y paz, de parte de Dios nuestro Padre y
del
Señor Jesucristo.
8 Ante todo, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, por todos
vosotros, pues vuestra fe es alabada en todo el mundo.
9 Porque Dios, a quien venero en mi espíritu predicando el Evangelio
de su Hijo, me es testigo de cuán incesantemente me acuerdo de vosotros,
10 rogándole siempre en mis oraciones, si es de su voluntad, encuentre
por fin algún día ocasión favorable de llegarme hasta vosotros,
11 pues ansío veros, a fin de comunicaros algún don espiritual que os
fortalezca,
12 o más bien, para sentir entre vosotros el mutuo consuelo de la
común fe: la vuestra y la mía.
13 Pues no quiero que ignoréis, hermanos, las muchas veces que me
propuse ir a vosotros - pero hasta el presente me he visto impedido - con la
intención de recoger también entre vosotros algún fruto, al igual que entre
los demás gentiles.
14 Me debo a los griegos y a los bárbaros; a los sabios y a los
ignorantes:
15 de ahí mi ansia por llevaros el Evangelio también a vosotros,
habitantes de Roma.
16 Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios
para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del
griego.
17 Porque en él se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la
Escritura: = El justo vivirá por la fe. =
18 En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra
toda
impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la
injusticia;
19 pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto:
Dios se lo manifestó.
20 Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja
ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de
forma que son inexcusables;
21 porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios
ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos
y su
insensato corazón se entenebreció:
22 jactándose de sabios se volvieron estúpidos,
23 y = cambiaron la gloria = del Dios incorruptible = por una
representación = en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos,
de reptiles.
24 Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una
impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos;
25 a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron
y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos.
Amén.
26 Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres
invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza;
27 igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se
abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia
de
hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su
extravío.
28 Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de
Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que
no
conviene:
29 llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos
de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de
malignidad,
chismosos,
30 detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones,
ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres,