Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Tobías 2, 3-12

3 Fuese, pues, Tobías a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres,
y cuando regresó me dijo: «Padre.» Le respondí: «¿Qué hay, hijo?»


Contestó: «Padre, han asesinado a uno de los nuestros; le han estrangulado
y le han arrojado en la plaza del mercado y aún está allí.»

4 Me levanté al punto y sin probar la comida, alcé el cadáver de la
plaza y lo dejé en una habitación, en espera de que se pusiera el sol, para
enterrarlo.

5 Volví a entrar, me lavé y comí con aflicción

6 acordándome de las palabras que el profeta Amós dijo contra Betel:

= Vuestras solemnidades se convertirán en duelo y todas vuestras canciones
en lamento. =

7 Y lloré. Cuando el sol se puso, cavé una fosa y sepulté el cadáver.

8 Mis vecinos se burlaban y decían: «Todavía no ha aprendido. (Pues,
en efecto, ya habían querido matarme por un hecho semejante.) Apenas si
pudo escapar y ya vuelve a sepultar a los muertos.»

9 Aquella misma noche, después de bañarme, salí al patio y me
recosté contra la tapia, con el rostro cubierto a causa del calor.

10 Ignoraba yo que arriba, en el muro, hubiera gorriones; me cayó
excremento caliente sobre los ojos y me salieron manchas blancas. Fui a los
médicos, para que me curasen; pero cuantos más remedios me aplicaban,
menos veía a causa de las manchas, hasta que me quedé completamente
ciego. Cuatro años estuve sin ver. Todos mis hermanos estaban
afligidos;
Ajikar, por su parte, proveyó a mi sustento durante dos años, hasta que se
trasladó a Elimaida.

11 En aquellas circunstancias, mi mujer Ana, tuvo que trabajar a
sueldo en labores femeninas; hilaba lana y hacía tejidos

12 que entregaba a sus señores, cobrando un sueldo; el siete del mes
de Dystros acabó un tejido y se lo entregó a los dueños, que le dieron todo
su jornal y le añadieron un cabrito para una comida.