16 Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una
densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo
el
pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar.
17 Entonces Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al
encuentro de Dios, y se detuvieron al pie del monte.
18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahveh había descendido
sobre él en el fuego. Subía el humo como de un horno, y todo el
monte
retemblaba con violencia.
19 El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés
hablaba y Dios le respondía con el trueno.
20 Yahveh bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte; llamó Yahveh
a Moisés a la cima de la montaña y Moisés subió.
21 Dijo Yahveh a Moisés: «Baja y conjura al pueblo que no traspase
las lindes para ver a Yahveh, porque morirían muchos de ellos;
22 aun los sacerdotes que se acercan a Yahveh deben santificarse para
que Yahveh no irrumpa contra ellos.»
23 Moisés respondió a Yahveh: «El pueblo no podrá subir al monte
Sinaí, porque tú nos lo has prohibido, diciendo: Señala un límite alrededor
del monte y decláralo sagrado.»
24 Yahveh le dijo: «Anda, baja, y luego subes tú y Aarón contigo;
pero los sacerdotes y el pueblo no traspasarán las lindes para subir hacia
Yahveh a fin de que no irrumpa contra ellos.”