Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Éxodo 23, 18-33

18 No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan fermentado ni
guardarás hasta el día siguiente la grasa de mi fiesta.

19 Llevarás a la Casa de Yahveh, tu Dios, las mejores primicias de tu
suelo. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

20 He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que
te
guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado.

21 Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde,
que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre.

22 Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus
enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios.

23 Mi ángel caminará delante de ti y te introducirá en el país de los
amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de
los jebuseos; y yo los exterminaré.

24 No te mostrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitarás su
conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas.

25 Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios, yo bendeciré tu pan
y tu agua. Y apartaré de ti las enfermedades.

26 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni que sea estéril; y colmaré
el número de tus días.

27 «Sembraré delante de ti mi terror; llenaré de turbación a todos los
pueblos donde llegues; y haré que todos tus enemigos huyan ante ti.

28 Enviaré avispas delante de ti que ahuyentarán de tu presencia al
jivita, al cananeo y al hitita.

29 No les expulsaré de tu presencia en un solo año, no sea que al
quedar desierta la tierra se multipliquen contra ti las fieras del campo.

30 Les expulsaré de tu vista poco a poco, hasta que tú te multipliques
y te apoderes de la tierra.

31 Y fijaré tus confines desde el mar de Suf hasta el mar de los
filisteos, y desde el desierto hasta el Río, pues entregaré en tus manos a los
habitantes del país para que los arrojes de tu presencia.

32 No hagas pacto con ellos ni con sus dioses.

33 No habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí, pues
dando culto a sus dioses caerías en un lazo.»