23Una vez cumplidos los días de su servicio se fue a su casa. 24Días después, concibió su mujer Isabel y estuvo durante cinco meses recluida 25diciendo: "Esto es lo que ha hecho por mí el Señor en los días en que se dignó quitar mi oprobio entre la gente." 26Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David 28Y, entrando, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." 29Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. 30El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios 31vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. 32Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre 33reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin." 34María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" 35El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra 36Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, 37porque no hay nada imposible para Dios." 38Dijo María: "He aquí la esclava del Señor 39En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá 40entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo 42y exclamó a gritos: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno 43y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? 44Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. 45¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" 46Y dijo María: "Alaba mi alma la grandeza del Señor 47y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador 48porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre 50y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. 51Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero. 52Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.