2Y les dijo: "La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3Id 4No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5En la casa en que entréis, decid primero: "Paz a esta casa." 6Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él 7Permaneced en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan 9curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de vosotros." 10En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11"Sacudimos sobre vosotros hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies. Sabed, de todas formas, que el Reino de Dios está cerca." 12Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad. 13"¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. 14Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. 15Y tú, Cafarnaún, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! 16"Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha