21En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a ingenuos. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. 22Mi Padre me lo ha entregado todo, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre