22Mi Padre me lo ha entregado todo, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre 23Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! 24Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron." 25Se levantó un legista y dijo, para ponerle a prueba: "Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?"