23Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! 24Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron." 25Se levantó un legista y dijo, para ponerle a prueba: "Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" 26Él le dijo: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?" 27Respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente 28Díjole entonces: "Bien has respondido. Haz eso y vivirás." 29Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: "Y ¿quién es mi prójimo?" 30Jesús respondió: "Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle y darle una paliza, se fueron, dejándole medio muerto.