9Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 10"A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará 11"Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, 12porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir." 13Uno de la gente le dijo: "Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo." 14Él le respondió: "¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?" 15Y les dijo: "Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aunque alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la vida." 16Les dijo una parábola: "Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto 17y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha?" 18Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes, reuniré allí todo mi trigo y mis bienes 19y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea." 20Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma 21Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios." 22Dijo a sus discípulos: "Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis: 23porque la vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido 24fijaos en los cuervos: ni siembran, ni cosechan 25Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un codo a la medida de su vida? 26Si, pues, no sois capaces ni de lo más pequeño, ¿por qué preocuparos de lo demás? 27Fijaos en los lirios, cómo ni hilan ni tejen. Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28Pues si a la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno, Dios así la viste ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe! 29Así, pues, vosotros no andéis buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos. 30Que por todas esas cosas se afanan los gentiles del mundo 31Buscad más bien su Reino y esas cosas se os darán por añadidura. 32"No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. 33"Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla corroe 34porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. 35"Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas, 36y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. 37Dichosos los siervos a quienes el señor, al venir, encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. 38Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos ellos! 39Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. 40Estad también vosotros preparados, porque cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre." 41Dijo Pedro: "Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?"