4O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? 5No, os lo aseguro 6Les dijo esta parábola: "Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. 7Dijo entonces al viñador: "Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala 8Pero él le respondió: "Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, 9por si da fruto en adelante 10Estaba un sábado enseñando en una sinagoga. 11Había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años 12Al verla, Jesús la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad." 13Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. 14Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: "Hay seis días en que se puede trabajar 15Replicóle el Señor: "¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? 16Y a ésta, que es hija de Abrahán, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?" 17Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban abochornados, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía. 18Decía, pues: "¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? 19Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su huerto 20Dijo también: "¿A qué compararé el Reino de Dios? 21Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina hasta que todo fermentó." 22Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. 23Uno le dijo: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?" Él les dijo: 24"Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. 25"Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois." 26Entonces empezaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras plazas". 27Pero os volverá a decir: "No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los malhechores!" 28"Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. 29Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. 30"Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos." 31En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos y le dijeron: "Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte." 32Él les contestó: "Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. 33Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén. 34"¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido!