2Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y le arrojen al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños. 3Andad, pues, con cuidado. "Si tu hermano peca, repréndele 4Y si peca contra ti siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", le perdonarás." 5Dijeron los apóstoles al Señor: "Auméntanos la fe." 6El Señor dijo: "Si tuvierais una fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: "Arráncate y plántate en el mar", y os habría obedecido." 7"¿Quién de vosotros que tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: "Pasa al momento y ponte a la mesa?" 8¿No le dirá más bien: "Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme y luego que yo haya comido y bebido comerás y beberás tú?" 9¿Acaso tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron? 10De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos más que unos pobres siervos 11De camino a Jerusalén, pasó por los confines entre Samaría y Galilea. 12Al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia 13y, levantando la voz, dijeron: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!" 14Al verlos, les dijo: "Id y presentaos a los sacerdotes." Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. 15Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz, 16y, postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias 17Tomó la palabra Jesús y dijo: "¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? 18¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?"