13En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!" 14Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado 15Le presentaban también los niños pequeños para que los tocara y, al verlo, los discípulos, les reñían. 16Mas Jesús llamó a los niños, diciendo: "Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis 17Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él." 18Uno de los principales le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?"