13Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo: 14"Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace." 15Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: "Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado." 16Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño 18y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. 19María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. 20Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho. 21Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le puso el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno. 22Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 23como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor 24y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. 25Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel 26El Espíritu Santo le había revelado que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27Movido por el Espíritu, vino al Templo 28le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29"Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz 30porque han visto mis ojos tu salvación, 31la que has preparado a la vista de todos los pueblos, 32luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel." 33Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: "Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción - 35¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones." 36Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada en su juventud, había vivido siete años con su marido, 37y luego quedó viuda hasta los ochenta y cuatro años 38Presentándose en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. 39Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría 41Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 42Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. 43Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. 44Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos 45pero, al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. 46Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas 47todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. 48Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando." 49Él les dijo: "Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" 50Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. 51Bajó con ellos, vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón.