34Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: "Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción - 35¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones." 36Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada. Casada en su juventud, había vivido siete años con su marido, 37y luego quedó viuda hasta los ochenta y cuatro años 38Presentándose en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. 39Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría 41Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 42Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta. 43Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. 44Creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos 45pero, al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. 46Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas 47todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. 48Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando."