18Todo el que caiga sobre esta piedra se destrozará, y aquel sobre quien ella caiga quedará aplastado." 19Los escribas y los sumos sacerdotes comprendieron que aquella parábola había sido dicha para ellos y trataron de echarle mano en aquel mismo momento, pero tuvieron miedo del pueblo. 20Quedándose ellos al acecho, le enviaron unos espías, que fingieran ser justos, para sorprenderle en alguna palabra y poderle entregar al poder y autoridad del procurador. 21Y le preguntaron: "Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: 22¿Nos es lícito pagar tributo al César o no?" 23Pero él, habiendo conocido su astucia, les dijo: 24"Mostradme un denario. ¿De quién lleva la imagen y la inscripción?" Ellos dijeron: "Del César."