50Y uno de ellos hirió al siervo del Sumo Sacerdote y le llevó la oreja derecha. 51Pero Jesús dijo: "¡Dejad! ¡Basta ya!" Y tocando la oreja le curó. 52Dijo Jesús a los sumos sacerdotes, a los jefes de la guardia del Templo y a los ancianos que habían venido contra él: "¿Como contra un salteador habéis salido con espadas y palos? 53Estaba yo todos los días en el Templo con vosotros y no me pusisteis las manos encima 54Entonces le prendieron, se lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del Sumo Sacerdote 55Habían encendido una hoguera en medio del patio y estaban sentados alrededor 56Una criada, al verle sentado junto a la lumbre, se le quedó mirando y dijo: "Éste también estaba con él." 57Pero él lo negó: "¡Mujer, no le conozco!" 58Poco después le vio otro y dijo: "Tú también eres uno de ellos." Pedro dijo: "¡Hombre, no lo soy!" 59Pasada como una hora, otro aseguraba: "Cierto que éste también estaba con él, pues además es galileo." 60Le dijo Pedro: "¡Hombre, no sé de qué hablas!" Y en aquel mismo momento, cuando aún estaba hablando, cantó un gallo. 61El Señor se volvió y miró a Pedro. Recordó Pedro las palabras que le había dicho el Señor: "Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces" 62y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.