20cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. 21Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel 22El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro 23y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que él vivía. 24Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron." 25Él les dijo: "¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! 26¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?" 27Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. 28Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. 29Pero ellos le rogaron insistentemente: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado." Entró, pues, y se quedó con ellos. 30Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 31Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista. 32Se dijeron uno a otro: "¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" 33Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 34que decían: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!" 35Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan. 36Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: "La paz con vosotros." 37Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. 38Pero él les dijo: "¿Por qué os turbáis? ¿Por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? 39Mirad mis manos y mis pies 40Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41Como no acababan de creérselo a causa de la alegría y estaban asombrados, les dijo: "¿Tenéis aquí algo de comer?" 42Ellos le ofrecieron un trozo de pescado. 43Lo tomó y comió delante de ellos. 44Después les dijo: "Éstas son aquellas palabras mías que os dije cuando todavía estaba con vosotros: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí." 45Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras 46y les dijo: "Así está escrito: que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día 47y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 48Vosotros sois testigos de estas cosas. 49"Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto." 50Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo.