25Él les dijo: "¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! 26¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?" 27Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. 28Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. 29Pero ellos le rogaron insistentemente: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado." Entró, pues, y se quedó con ellos.