28Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. 29Pero ellos le rogaron insistentemente: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado." Entró, pues, y se quedó con ellos. 30Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 31Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista. 32Se dijeron uno a otro: "¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" 33Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 34que decían: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!" 35Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan. 36Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: "La paz con vosotros." 37Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. 38Pero él les dijo: "¿Por qué os turbáis? ¿Por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? 39Mirad mis manos y mis pies 40Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41Como no acababan de creérselo a causa de la alegría y estaban asombrados, les dijo: "¿Tenéis aquí algo de comer?" 42Ellos le ofrecieron un trozo de pescado. 43Lo tomó y comió delante de ellos. 44Después les dijo: "Éstas son aquellas palabras mías que os dije cuando todavía estaba con vosotros: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí." 45Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras 46y les dijo: "Así está escrito: que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día