3Entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4No sabían qué pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. 5Asustadas, inclinaron el rostro a tierra, pero les dijeron: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? 6No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: 7Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, pero al tercer día resucitará." 8Y ellas recordaron sus palabras. 9Regresaron, pues, del sepulcro y anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. 10Las que referían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. 11Pero a ellos todas aquellas palabras les parecían desatinos y no les creían. 12Con todo, Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio los lienzos y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido. 13Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, 14y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. 15Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado 16pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. 17Él les dijo: "¿De qué discutís por el camino?" Ellos se pararon con aire entristecido. 18Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí éstos días?" 19Él les dijo: "¿Qué cosas?" Ellos le dijeron: "Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo 20cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. 21Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel 22El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro