36Quedaron todos pasmados y se decían unos a otros: "¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen." 37Y su fama se extendió por todos los lugares de la región. 38En saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre y le rogaron por ella. 39Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre 40A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban 41Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: "Tú eres el Hijo de Dios." Pero él les conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.