30Jesús le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?" Él contestó: "Legión" 31Y le suplicaban que no les mandara irse al abismo. 32Había allí una gran piara de puercos que pacían en el monte 33Los demonios salieron de aquel hombre y entraron en los puercos 34Viendo los porqueros lo que había pasado, huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas. 35Salieron, pues, a ver lo que había ocurrido y, llegando donde Jesús, encontraron al hombre del que habían salido los demonios, sentado, vestido y en su sano juicio, a los pies de Jesús 36Los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado. 37Entonces toda la gente del país de los gerasenos le rogaron que se alejara de ellos, porque estaban poseídos de gran temor. Él, subiendo a la barca, regresó. 38El hombre de quien habían salido los demonios le pedía estar con él 39"Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo." Y fue por toda la ciudad proclamando todo lo que Jesús había hecho con él. 40Cuando regresó Jesús, la muchedumbre le recibió con agrado, pues todos le estaban esperando. 41Llegó entonces un hombre, llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y, cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba entrara en su casa, 42porque su hija única, de unos doce años, se estaba muriendo. Mientras iba, la gente le ahogaba. 43Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que no había podido ser curada por nadie, 44se acercó por detrás y tocó la orla de su manto 45Jesús dijo: "¿Quién me ha tocado?" Como todos lo negaban, dijo Pedro: "Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen." 46Pero Jesús dijo: "Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí." 47Viéndose descubierta, la mujer se acercó temblorosa y, postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. 48Él le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado