47Viéndose descubierta, la mujer se acercó temblorosa y, postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada. 48Él le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado 49Estaba todavía hablando, cuando uno de casa del jefe de la sinagoga llega diciendo: "Tu hija está muerta. No molestes ya al Maestro." 50Jesús, que lo oyó, le dijo: "No temas 51Al llegar a la casa no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan y Santiago, y al padre y a la madre de la niña. 52Todos la lloraban y se lamentaban, pero él dijo: "No lloréis, no ha muerto 53Y se burlaban de él, pues sabían que estaba muerta. 54Él, tomándola de la mano, dijo en voz alta: "Niña, levántate."