51Al llegar a la casa no permitió entrar con él más que a Pedro, Juan y Santiago, y al padre y a la madre de la niña. 52Todos la lloraban y se lamentaban, pero él dijo: "No lloréis, no ha muerto 53Y se burlaban de él, pues sabían que estaba muerta. 54Él, tomándola de la mano, dijo en voz alta: "Niña, levántate."