12Pero el día había comenzado a declinar y, acercándose los Doce, le dijeron: "Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado." 13Él les dijo: "Dadles vosotros de comer." Pero ellos respondieron: "No tenemos más que cinco panes y dos peces 14Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos: "Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta." 15Lo hicieron así y acomodaron a todos. 16Tomó entonces los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los iba dando a los discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. 17Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos. 18Estando una vez orando a solas, en compañía de los discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" 19Ellos respondieron: "Unos, que Juan el Bautista 20Les dijo: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Pedro le contestó: "El Cristo de Dios." 21Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. 22Dijo: "El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día." 23Decía a todos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. 24Porque quien quiera salvar su vida, la perderá 25Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? 26Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles.