2y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. 3Y les dijo: "No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata 4Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. 5Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos." 6Partieron, pues, y recorrieron los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes. 7Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba y estaba perplejo, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos 8otros, que Elías se había aparecido, y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. 9Herodes dijo: "A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?" Y buscaba verle. 10Cuando los apóstoles regresaron le contaron cuanto habían hecho. Y él, tomándolos consigo, se retiró aparte, hacia una ciudad llamada Betsaida. 11Pero la gente lo supo y le siguieron. Él los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados.