2Al verlo los fariseos, le dijeron: "Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado." 3Pero él les dijo: "¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, 4cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia, que no le era lícito comer a él, ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes? 5¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes, en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa? 6Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo. 7Si hubieseis comprendido lo que significa Misericordia quiero, que no sacrificio, no condenaríais a los que no tienen culpa. 8Porque el Hijo del hombre es señor del sábado." 9Se fue de allí y entró en su sinagoga. 10Había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le preguntaron si era lícito curar en sábado, para poder acusarle. 11Él les dijo: "¿Quién de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta cae en un hoyo en sábado, no la agarra y la saca? 12Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en sábado." 13Entonces dice al hombre: "Extiende tu mano." Él la extendió, y quedó restablecida, sana como la otra. 14Pero los fariseos, en cuanto salieron, se confabularon contra él para eliminarle. 15Jesús, al saberlo, se retiró de allí. Le siguieron muchos y los curó a todos. 16Y les mandó enérgicamente que no le descubrieran 17para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: 18He aquí mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. 19No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. 20La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: 21en su nombre pondrán las naciones su esperanza. 22Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo hablaba y veía. 23Y toda la gente atónita decía: "¿No será éste el Hijo de David?" 24Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: "Éste no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios." 25Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir. 26Si Satanás expulsa a Satanás, contra sí mismo está dividido: ¿cómo, pues, va a subsistir su reino? 27Y si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. 28Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. 29"O, ¿cómo puede uno entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte? Entonces podrá saquear su casa. 30"El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. 31"Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. 32Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará 33"Suponed un árbol bueno, y su fruto será bueno 34Raza de víboras, ¿cómo podéis vosotros hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca. 35El hombre bueno, del buen tesoro saca cosas buenas y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas. 36Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el día del Juicio. 37Porque por tus palabras serás declarado justo y por tus palabras serás condenado."