21en su nombre pondrán las naciones su esperanza. 22Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo hablaba y veía. 23Y toda la gente atónita decía: "¿No será éste el Hijo de David?" 24Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: "Éste no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios." 25Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir.