30En esto, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al enterarse que Jesús pasaba, se pusieron a gritar: "¡Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David!" 31La gente les increpó para que se callaran, pero ellos gritaron más fuerte: "¡Señor, ten compasión de nosotros, Hijo de David!"