22Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron. 23Aquel día se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaron: 24"Maestro, Moisés dijo: Si alguien muere sin tener hijos, su hermano se casará con la mujer de aquél para dar descendencia a su hermano. 25Ahora bien, había entre nosotros siete hermanos. El primero se casó y murió 26Sucedió lo mismo con el segundo, y con el tercero, hasta los siete. 27Después de todos murió la mujer. 28En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque todos la tuvieron." 29Jesús les respondió: "Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios. 30Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo. 31Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo dicho por Dios : 32Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos." 33Al oír esto, la gente se maravillaba de su doctrina. 34Mas los fariseos, al enterarse de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, 35y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: 36"Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?" 37Él le dijo: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. 38Este es el mayor y el primer mandamiento. 39El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas." 41Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión: 42"¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?" Dícenle: "De David." 43Díceles: "Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice: 44Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies? 45Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?" 46Nadie era capaz de contestarle nada