4las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. 5Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. 6Mas a media noche se oyó un grito: "¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!" 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. 8Y las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan." 9Pero las prudentes replicaron: "No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras 10Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. 11Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: "¡Señor, señor, ábrenos!" 12Pero él respondió: "En verdad os digo que no os conozco." 13Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora. 14"Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: 15a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad 16Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. 17Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. 18En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 19Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. 20Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste 21Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel! 22Llegándose también el de los dos talentos dijo: "Señor, dos talentos me entregaste 23Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel! 24Llegándose también el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. 25Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo." 26Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí 27debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. 28Quitadle, por tanto, el talento y dádselo al que tiene los diez talentos. 29Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará 30Y al siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."