5Decían sin embargo: "Durante la fiesta no, para que no haya alboroto en el pueblo." 6Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7se acercó a él una mujer que traía un frasco de alabastro, con perfume muy caro, y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba a la mesa. 8Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron: "¿Para qué este despilfarro? 9Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres." 10Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: "¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "obra buena" ha hecho conmigo. 11Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. 12Y al derramar ella este ungüento sobre mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho. 13Yo os aseguro: dondequiera que se proclame esta Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya." 14Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, 15y les dijo: "¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?" Ellos le asignaron treinta monedas de plata. 16Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. 17El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: "¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua?" 18Él les dijo: "Id a la ciudad, a un tal, y decidle: "El Maestro dice: Mi tiempo está cerca 19Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. 20Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. 21Y mientras comían, dijo: "Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará." 22Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: "¿Acaso soy yo, Señor?" 23Él respondió: "El que ha metido conmigo la mano en el plato, ése me entregará.