40"Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres hijo de Dios, y baja de la cruz!" 41Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: 42"A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y creeremos en él. 43Ha puesto su confianza en Dios 44De la misma manera le injuriaban también los salteadores crucificados con él. 45Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. 46Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: "¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?", esto es: "¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?" 47Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: "A Elías llama éste." 48Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber. 49Pero los otros dijeron: "Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle." 50Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.