7Y después de deliberar, compraron con ellas el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros. 8Por esta razón ese campo se llamó "Campo de Sangre", hasta hoy. 9Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: Y tomaron las treinta monedas de plata, cantidad en que fue apreciado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel, 10y las dieron por el Campo del Alfarero, según lo que me ordenó el Señor. 11Jesús compareció ante el procurador, y el procurador le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Respondió Jesús: "Tú lo dices." 12Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada. 13Entonces le dice Pilato: "¿No oyes de cuántas cosas te acusan?" 14Pero él a nada respondió, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido. 15Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran.