17Ni tampoco se echa vino nuevo en pellejos viejos 18Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postraba ante él diciendo: "Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá." 19Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. 20En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. 21Pues se decía para sí: "Con sólo tocar su manto, me salvaré." 22Jesús se volvió, y al verla le dijo: "¡Ánimo!, hija, tu fe te ha salvado." Y se salvó la mujer desde aquel momento.