38Él les dice: "Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique 39Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios. 40Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: "Si quieres, puedes limpiarme." 41Encolerizado, extendió su mano, le tocó y le dijo: "Quiero 42Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. 43Le despidió al instante prohibiéndole severamente: 44"Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio." 45Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.