2Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: "¿Puede el marido repudiar a la mujer?" 3Él les respondió: "¿Qué os prescribió Moisés?" 4Ellos le dijeron: "Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla." 5Jesús les dijo: "Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto. 6Pero desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón y hembra. 7Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, 8y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. 9Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre." 10Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. 11Él les dijo: "Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla 12y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio." 13Le presentaban unos niños para que los tocara 14Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. 15Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él." 16Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos. 17Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" 18Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. 19Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre." 20Él, entonces, le dijo: "Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud." 21Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: "Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo 22Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.