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Evangelio: Marcos 15,13-35.

13 La gente volvió a gritar: "¡Crucifícale!"
14 Pilato les decía: "Pero ¿qué mal ha hecho?" Pero ellos gritaron con más fuerza: "¡Crucifícale!"
15 Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.
16 Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte.
17 Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen.
18 Y se pusieron a saludarle: "¡Salve, rey de los judíos!"
19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
20 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle.
21 Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz.
22 Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario.
23 Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó.
24 Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno.
25 Era la hora tercia cuando le crucificaron.
26 Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: "El rey de los judíos."
27 Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda.
28 [Y se cumplió la Escritura que dice: Ha sido contado entre los malhechores.]
29 Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: "¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días,
30 ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!"
31 Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: "A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse.
32 ¡El Cristo, el rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos." También le injuriaban los que con él estaban crucificados.
33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
34 A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: "Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?", - que quiere decir - "¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?"
35 Al oír esto algunos de los presentes decían: "Mira, llama a Elías."




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