5Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados." 6Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus corazones: 7"¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede perdonar pecados, sino Dios sólo?" 8Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que ellos pensaban en su interior, les dice: "¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? 9¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y anda?"