2Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo 3que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, 4pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. 5Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. 6Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él 7y gritó con fuerte voz: "¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes." 8Es que él le había dicho: "Espíritu inmundo, sal de este hombre." 9Y le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?" Le contesta: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos." 10Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. 11Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte 12y le suplicaron: "Envíanos a los puercos para que entremos en ellos." 13Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos dos mil - se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar.