23Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre." 24Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, 25sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. 26Esta mujer era griega, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. 27Él le decía: "Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos." 28Pero ella le respondió: "Sí, Señor