30Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido. 31Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. 32Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.